martes, 22 de diciembre de 2009

¿Y ahora dónde estás Federico?


Pasados 73 años de su asesinato a manos de fuerzas franquistas, siendo solicitado por otras víctimas de la guerra que comparten el mismo lugar de entierro con el poeta y gracias al financiamiento de la comunidad de Andalucía, se abrió la tumba común donde se suponían descasaban los restos del poeta Federico García Lorca, sólo para descubrir que allí no se encontraban. Un nuevo debate comienza sobre las diferentes hipótesis de su lugar de entierro, y entre los que creen que se debería dejar los restos del poeta y los que piensan que se debe seguir excavando. A continuación les dejo la nota de Natalia Junquera “¿Y ahora dónde estás Federico?”que tomé del diario español EL PAÍS:

Manuel Castilla, Manolillo El Comunista, era camarero. Antes de eso, había hecho unos trabajos de enterrador. Y habría pasado totalmente desapercibido para la historia si no hubiera llevado tres veces a dos hombres al lugar al que deseaban ir por encima de cualquier otra cosa: la fosa de Federico García Lorca. Al primero, en 1956. Se llamaba Agustín Penón y había viajado desde EE UU a Alfacar para averiguar todo cuanto pudiera sobre la muerte del poeta. Al segundo, Ian Gibson, en 1966 y en 1976. Penón quiso pagarle y Manuel Castilla se negó. "No me pidió dinero", explicó el jueves Gibson, ante la inminencia del desengaño. Un equipo de arqueólogos ha buscado en ese lugar durante 47 días a Federico García Lorca y no lo ha encontrado. Ni rastro del poeta, ni huellas de un enterramiento. O Manolo El Comunista mintió o se equivocó. Tres veces.

Es la duda que ahora atormenta a un investigador que ha construido 45 años de trabajo sobre aquel paseo con el camarero que decía haber enterrado a Lorca. Él cree que no le mintió: "No ganaba nada", explica. También le creyó Agustín Penón porque después de escuchar durante dos años de investigación todo tipo de teorías sobre las circunstancias y el lugar de la muerte del poeta -incluida la del hombre que fue a detenerlo a casa de los Rosales, Ramón Ruiz Alonso- se quedó con el testimonio de Manuel Castilla por encima de cualquier otro. La fuente no podía ser más directa, era el hombre que había enterrado los cuerpos.

Pero Lorca no está allí. Puede yacer a escasísimos metros del lugar donde lo han estado buscando durante mes y medio o puede estar muy lejos, en Madrid, enterrado junto al verdugo en el Valle de los Caídos. La exhumación sin éxito en Alfacar ha resucitado todas las teorías sobre la muerte del poeta. Son muchas y llevan 73 años alimentando un mito. Y ahora, ¿dónde estás, Federico?

Quizás la alternativa más sólida al lugar que hasta ahora parecía más seguro (donde se construyó el parque Federico García Lorca, el que señaló Manolo El Comunista) es la que dice que fue enterrado en un paraje llamado El Caracolar. Incluso tiene categoría jurídica, aunque sólo sea porque el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón la tuvo sobre su mesa cuando decidió abrir una causa contra el franquismo y ordenar la apertura de fosas de la Guerra Civil, entre ellas la de Lorca. Está a sólo 430 metros del lugar donde los arqueólogos han estado buscando el pasado mes y medio.

"Yo estoy convencido de que está ahí. Ya sabía que no iban a encontrar nada en Alfacar", cuenta, ufano, Francisco González Arroyo, historiador y ex presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, la que ha impulsado la apertura de la fosa. "Me baso en mi propia investigación y en los testimonios recogidos por Agustín Penón y Eduardo Molina Fajardo
(falangista autor del libro Los últimos días de Federico García Lorca). El que indica este lugar es un testigo de los fusilamientos, que vivía en Las Colonias (la casa habilitada como prisión donde Lorca pasó sus últimas horas de vida)"Se llamaba Valentín Huete. Vivía en Las Colonias con su mujer, Carmen, y veía el trajín de víctimas entrando y saliendo para ser fusilados. Cuando entraba un pez gordo, es decir, un catedrático por ejemplo, se enteraba y aquel día sí que era alguien muy gordo. Yo le había preguntado varias veces dónde estaba Federico y él siempre me decía: 'niño, yo de esas cosas no puedo hablar', hasta que un día, de tanto insistir me dijo: 'en aquellos olivillos que hay delante de El Caracolar", relata González Arroyo.

Casi todas las teorías alternativas señalan lugares muy próximos al sitio donde han estado buscando, como El Caracolar o el barranco de Víznar, donde hay enterrados cerca de 3.000 fusilados.

A El Caracolar también se dirigió Eduardo Molina Fajardo, falangista, periodista y director de diario Patria, cuyo primer número salió el 29 de agosto de 1936, apenas diez días después del asesinato de Lorca. Molina Fajardo defendió hasta su muerte que los falangistas no habían tenido nada que ver en la muerte de Federico Gacía Lorca.

El investigador Miguel Caballero cree, sin embargo, que en el desenlace final de la detención de Lorca tuvo mucho que ver que aquel día sustituía al gobermador civil de Granada, José Valdés Guzmán, camisa vieja de Falange, el teniente coronel Velasco. "Le tenía ganas por el Romance de la Guardia Civil", añade.

Caballero es autor junto a Pilar Góngora de otro libro con una nueva tesis sobre la muerte del poeta con el ambicioso título de La verdad sobre el asesinato de García Lorca. Historia de una familia", que inspiró el documental Lorca, el mar deja de moverse, de Emilio Ruiz Barrachina. Según esta investigación, el caso de Lorca no fue diferente al de otros tantos al principio del conflicto, cuando el levantamiento militar fue utilizado como un método para zanjar viejas rencillas por lindes de tierras con denuncias falsas y fatales.

"Yo estaba investigando cómo el padre de Lorca había construido su patrimonio en los protocolos notariales, para lo que necesitamos un poder notarial de la famila Lorca y cuatro años de trabajo. Iba a ser una tesis pero se convirtió en algo más. Hasta el punto de que descubrimos que el asesinato de Lorca se debió a las rencillas familiares que tenían por temas económicos", revela.

Para elaborar esta teoría de la conspiración familiar en el asesinato del poeta, el investigador se remontó al siglo XVIII. Los Lorca, los Roldán y los Alba eran familias de labradores con aspiraciones, querían ser propietarios de los terrenos. Con la decadencia de la aristocracia pudieron comprarlos, pero tuvieron que unirse para pagarlos y para ello establecían matrimonios de conveniencia entre ellos para ampliar el patrimonio. Se convirtieron en una sola familia, en un clan. Pero en los años 20 y 30, llega el momento de dividirse las tierras y empiezan las rencillas", relata.

Además, estaba la división ideológica. El padre de Federico Gacía Lorca era un terrateniente, pero liberal. Y los Roldán y los Alba, conservadores. "Cuando el padre de Federico se presentó a las elecciones por el Partido Liberal para ser concejal en el Ayuntamiento de Granada, los Roldán entraron pistola en mano en el colegio electoral, echaron a todo el mundo fuera y llenaron las urnas de papeletas. Tuvieron que anular las elecciones, claro. Además, Horacio Roldán y Federico iban juntos a la Universidad a estudiar Derecho. Horacio estudiaba mucho, pero Federico era el niño bonito de Fernando de los Ríos y la envidia que le tenía era atroz".

Un cúmulo de agravios y rencillas entre estas familias condujo al asesinato de Lorca, según esta versión. "La gota que colmó el vaso fue La casa de Bernarda Alba -que Lorca terminó de escribir poco antes de su muerte-. Esa venganza literaria de Lorca fue el desencadenante directo de la detención de Federico", añade Caballero.

Y aquí entra Juan Luis Trescastro, el hombre que se jactó en un bar de Granada de haber matado al poeta: "Acabamos de quitar de en medio a García Lorca y le hemos dado el tiro de gracia en el culo, por maricón". Trescastro estaba casado con una prima del padre de Lorca y era el padrino de la hija mayor de Ramón Ruiz Alonso, que manejaba las temibles Escuadras negras y acude a detener a Lorca a casa de los Rosales. El asesinato de Lorca se debió a rencillas familiares", concluye Caballero.

La excavación en Alfacar sí parece haber descartado, sin embargo, que la familia Lorca hubiera enviado a alguien a recoger el cuerpo del poeta porque los expertos no han hallado indicios de que allí hubiera habido enterramientos.

Caballero piensa que Lorca podría haber sido trasladado al Valle de los Caídos. "No se puede descartar. En Granada se abrieron fosas para trasladar cuerpos al Valle de los Caídos y la de Lorca pudo ser una de ellas". No es el único que piensa en esta hipótesis, ni tampoco en lamentar la imposibilidad, de momento, de comprobarlo.

Todo parece posible. Ahora más que nunca. "Me pregunto si existe alguna manera eficaz de llegar al fondo de este asesinato. No. Creo que no la hay. El secreto de esta muerte se irá a la tumba con los pocos que lo conocen", escribió Penón. Ha pasado más de medio siglo desde entonces.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Uno de los tantos a los que debemos combatir


La prepotencia puede llevarnos a delirios inimaginables. Un estado sustentado en el saqueo y la explotación puede proveer a las almas mediocres de una voz, mas no de la sensatez para usarla.

ESTUDIAR, APRENDER PARA COMO ESTE ANIMAL, NUNCA SER.
¡ADELANTE COMPAÑEROS, VENCEREMOS!



lunes, 23 de noviembre de 2009

8 1/2 (Federico Fellini)


Es díficil escribir en tantos blogs a la vez: tengo el mío, el de la carrera y el del grupo literario Máscara Suelta; así que he decidido publicar en cada uno, lo que no puedo publicar en otro. Para iniciar mis participación en éste, voy a hablar de unas de mis pasiones: El cine. Ya habrá tiempo para hablar de literatura, así que no se preocupen. Pero como en mi blog escribo sobre las películas que miro durante este año, acá publicaré sobre las que ya he visto y que, cómo no existía mi blog todavía, no pude hablar de ellas; me gustaría convertirme también en una epecie de corresponsal de eventos culturales de la UNAH, pero para eso primero tendré que conseguir una cámara.

Dicho lo anterior, pasemos a lo que me interesa: hay una película que me encantó desde la primra vez que la ví, esa fue 8 1/2, soy un admirador de la obra de Federico Fellini y he visto todas las que se pueden encontrar a disposición de un cinéfilo en esta ciudad. En 8 1/2, Fellini nos muestra muchos de sus temas recurrentes: Su relación con las mujeres, su pasado, su actitud como creador y sus problemas como cineasta.

Guido Anselmi es un director de cine, que de acuerdo a un contrato debe filmar una película; aunque en el fondo no tenga ni idea de qué filmar. El es invadido por una desesperación al verse imposiblitado de hacerlo y ante nosotros vemos desfilar una amplia gama de personajes en los que Fellini reflexiona sobre su propia experiencia como director de cine y creador, su pasado, su futuro y, para no variar, las mujeres.

La poesía de las imágenes son otro elemento importante, dado su carácter surrealista o hiperbólico que representa un rompimiento con el realismo a ultranza del movimiento neorrealista italiano al que Fellini perteneció y que lleva a su perfección en la Strada o en La Dolce vita. Cada una de ellas no nos habla más que del artista y su deseo de crear en libertad o del sentimiento de angustia. En ciertas atmosferas las tomas fijas, aunadas a un plano panorámico que revela lo mecánico de una situación o un traveling lento, dan esa sensación de enclaustramiento.

La representación de la mujer es una constante, de muchos de los filmes de este director, deriva de ello el término “Mujeres Fellinescas”. Lo prohibido es representado por la Saraghina, esa mujer lejana que trabaja cómo meretriz en las playas y a la cual los niños siempre buscan; también está Claudia, ella su actriz, su musa, la liberación y el amor que aparece justo en el momento en que vive una de las peores crisis creativas de su vida; su mujer es un mar de celos, siempre sospechando de Guido y se convierte en otro elemento opresivo; pero ella no está lejos de la realidad y la amante de Guido, Carla, en ese contexto no viene a ser más que un escape, una diversión, nos lo revela su actuar, su falta de capacidad intelectual. Guido está con ella sólo por su belleza. Ellas por sólo mencionar tres de toda el desfile de personajes femeninos que aparece durante la película, y sus problemas están reunidas en la escena del látigo, una viva representación de la frase que la vieja le dice a Zaratustra “Si vas con las mujeres, lleva el látigo” y él lo hace literalmente, como si Guido se tratase no de un superhombre, sino de una especie de supermacho.

Los traumas del artista son tratados constantemente: Guido no puede crear, se ve impedido de hacerlo y ante la presión de su círculo de conocidos opta por escapar, lo que representa un suicidio en el mundo moderno del mercado cinematográfico; pero es sólo cuando está libre de toda atadura que es posible crear, sólo esa libertad sirve de catálisis para iniciar la creación donde los personajes serán todas los de su vida. Ejemplifica todo esto la escena inicial de la película, el artista se eleva por sobre el ambiente aprisionador y asfixiante, es su productor el que le dice “seguramente caerá” lo cual revela el carácter efímero y grandioso del momento de la creación. Y es que el carácter autobiográfico de la obra es uno de sus fuertes, como en otros filmes es un tema recurrente, que desarrollará en su totalidad en Amarcord: La niñez, la familia, y la curia que lo cohibe en su niñez.

Recomiendo sinceramente está película, quien no la haya visto la puede encontrar en cinefilia (que valga la publicidad por esta ocasión) y si les interesa ahondar más sobre la filmografía de Federico Fellini, en la biblioteca general de nuestra universidad está el libro “200 días con Fellini” en donde se narra la filmación de ocho y medio. Bueno, con esto termina mi primera participación en este blog, espero seguir escribiendo. Los dejo con la escena inicial de ocho y medio, una de las mejores que he visto.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Prematrícula

Hoy se realizó la pre-matrícula para el año 2010. La mayoría de los estudiantes de letras estuvieron allí presentes y antes de iniciar el evento se tocaron diferentes temas:
  1. Se felicitó a los compañeros por sus distinciones en los concursos de arte de la UNAH: Ludwing, primer lugar en el concurso de fotografía, Brian, segundo lugar en el concurso de poesía y a Luis David, segundo lugar en el concurso de cuento. Sus obras serán publicadas a la brevedad en este blog.
  2. Polémica del blog, en lo referente al manifiesto de la AECL contra el golpe: Se determinó moderar los comentarios y que todo aquel que quisiera publicar en el blog debería hacerlo previa identificación, debido a la responsabilidad de sus afirmaciones. Se tocó el tema de la libertad de expresión y la necesidad del respeto a la diversidad, además se estimó necesario que un alumno pase a ser el moderador.
  3. Propuesta de Luis David para la creación de una revista: Propuso la forma en la que se podía llevar a cabo este proyecto y solicitó ayuda de la AECL y compañeros.
  4. La solidaridad con la compañera Gloria, pues uno de sus hijos falleció: Se recaudaron fondos para un arreglo.
  5. El problema de la necesidad de diez alumnos para abrir una sección: Se bajo el número a cinco alumnos, en especial tomando en cuenta a los compañeros que están por graduarse.

domingo, 25 de octubre de 2009

EL BUEN IDEALISTA

Un hombre tenía muchos ideales, tantos, que decidió escribirlos para no apartarse nunca de ellos. Escribió año tras año y para el era como si el tiempo se hubiera detenido. Despues de setenta años de escribir, tenia a su alrededor miles de tomos y de pronto estos cayeron sobre el hombre y murió.

martes, 13 de octubre de 2009

Manifiesto

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS
FACULTAD DE HUMANIDADES Y ARTES
Asociación de Estudiantes de la Carrera de Letras
AECL



MANIFIESTO



La Asociación de Estudiantes de la Carrera de Letras, en representación de todo el alumnado de la Carrera de Letras, y bajo el derecho de la libre expresión manifiesta lo siguiente:



1. Condenamos enérgicamente el Golpe de Estado propiciado este 28 de junio por parte de la clase oligárquica del país, Fuerzas Armadas, Iglesia golpista, Empresa Privada y medios de comunicación al servicio de la burguesía, representados por el dictador golpista Roberto Micheletti Baín

2. Desconocemos al actual Gobierno de facto y el actual régimen fascista, y exigimos la restitución del legítimo Presidente, Sr. Manuel Zelaya Rosales, así como el retorno al orden constitucional en el país.

3. Condenamos la violación a la autonomía universitaria por parte de la Policía Nacional.

4. Condenamos los hechos de represión a nuestros compañeros artistas y a la población en general, así como el cese a la libertad de expresión y circulación, hostigamiento, tortura y asesinato por parte de los instrumentos represores del Estado en detrimento de los militantes del Frente Nacional Contra el Golpe de Estado.

5. Condenamos el asesinato sistemático a estudiantes y maestros, y exigimos justicia ante los hechos.

6. Rechazamos la convocatoria a elecciones mientras no se solucione la crisis actual, así como la instalación de urnas en los predios universitarios



Asociación de Estudiantes de la Carrera de Letras





“La educación es el alma de los pueblos”
Francisco Morazán



domingo, 11 de octubre de 2009

Blogs de colegas


Dejo los enlaces a los blogs de los compañeros de la Carrera hasta el momento descubiertos (sólo hagan click sobre el nombre correspondiente para ver el blog deseado):

Manuel
Luis David
Ludwing
Suny
Miguel

viernes, 17 de julio de 2009

El tiempo de las mariposas (*)



por Suny del Carmen Arrazola

¿Yo qué sabía del amor?...,si era una niña. Usaba todavía faldas con encaje y no podía vivir sin los conos de chocolate. Pero esa noche con olor a tarde, sus ojos reflejaban el infinito. Fue repentino, fugaz. Podría jurar que en ese momento sentí cómo el cielo se abrió frente a mis pupilas…


***
- Me llamo Luna, y quisiera tener 11 años, pero no los tengo. Terminaré las últimas páginas de este diario, comenzándolo de nuevo. He tomado una decisión: Me iré al cielo y será por mi cuenta. Las hijas que no tendré entenderán que ha sido por nostalgia y no llorarán mi muerte. Aún lo recuerdo todo. La primavera reinaba.
Y era el tiempo de las mariposas...

Era tan ingenua que no distinguía los colores. Para mí el pasto era un inmenso océano, suave, cálido… Y el cielo una alfombra voladora, sagrada..., que no podía ser tocada. A mí me gustaba cantar. Aún me gusta, pero no lo hago más. Ni sonrío. Y ya ni siquiera lloro. Terminé por secarme. Vi morir a mis lágrimas una por una; rodar, y estallar en el momento en que terminaban su pequeño recorrido por el aire, y chocaban contra el suelo. Las vi, y a todas les di un nombre y un funeral. Las recuerdo aún, como las hijas mías que tuvieron que sacrificarse y derramaron con ellas mi dolor, hasta que sólo quedó el vacío dentro de mí.


***
- Si alguien en el mundo leyera mis angustiosas letras y llegara a profundizar hasta descubrir la podredumbre que me mata más abajo de la carne y los huesos, ¿sentiría pena por mí…? ¿me tendería la mano…?


***
- El día en que percibí su tacto, vi cómo los universos se unieron en uno solo. Y cuando admiré su desnudez y le vi despojando a mi cuerpo de sus ropajes y antifaces, entendí tantas cosas, fue un lapso de clara sabiduría, que me dejó ciega por segundos..., hasta que recobré el sentido. Y fue entonces que se dio el momento mágico. Ver su cuerpo desnudo, tendido a lo largo de la cama y la colcha marcando sus oleajes. Sus poros llamándome. Fue, lo que cualquier ser humano llamaría un milagro. Había tanta luz escapándose de su piel. Nunca en mi vida pude ver criatura más hermosa. Era como esa alfombra voladora, que no se puede tocar. Era el cielo y estaba ahí, cerca de mis manos. Dios había derramado en su ser la beatitud y la armonía. La vida corría por mis venas, presurosa. Retumbaba, gritaba internamente. El miedo y la ansiedad me hicieron su esclava..., y le veía reír, adivinándolo. Pero abandoné mi temor. Sabía que en lugar de robarme la inocencia, me regalaría una nueva, una aún más bella.

Fue como un baile. Una gota de sudor corrió desde mi frente hasta su hombro. Y vi en sus ojos los colores del mundo, como chispas, palpitando con la claridad que venía desde la hendidura del techo. Cuando sus dedos me penetraron, hasta tocar mi corazón, un calambre electrizante recorrió la médula de mi espalda, hizo rumbo por mis sienes, y terminó en mi vientre. Y entonces sentí frío. Pero estaban sus brazos ahí, para calmar el temblor que hacía más evidente la sonrisa de mi cara. La noche llegó y así el sueño. Y las horas siguientes pasaron tan dulces para mí, dormida en sus labios.

Todos mis días quedaron en ese día. En ese amanecer a la mitad de la almohada, en la que enseguida descansaba su cabeza. Ahí, a mi lado, dormía el amor. Y consigo todos los sueños e ideales de mis años pasados, y los que estaban por venir.


* * *
- Cuando abrí la ventana aquella mañana, lo supe. Ya no estaba, ni estaría más. Me lo dijeron los cristales, y la lluvia que caía y rodaba por los cristales. Me lo decían las calles y las mariposas que nadaban en el lodo, ahogándose, pidiendo ayuda, agonizando. Me lo decía la alfombra voladora, que ya no brillaba ni era hermosa y le daba al día un aspecto de cucaracha muerta. No supe en qué momento su cuerpo se desvaneció, hasta que no hubo nada. Nunca escuché su voz emitiendo palabra alguna, nunca caminé por el pasto, atada a su mano. Todo el mundo estaba resumido en este recuadro. Con esta ventana, esta cama pequeña, la almohada… Y la hendidura del techo. En un lugar tan reducido, cabía la felicidad del universo. La mía y la suya. Éramos felices, no necesitábamos de nada, de nadie. No necesitábamos voces, ni abrazos ni secretos de seres ajenos. Reía siempre y yo también.
Era suficiente.


* * *
- ¿Cuántos días han pasado? eso no importa. Encerrada, bajo este techo oscuro, no percibo los cambios. No sé cuando es de día, no sé cuando es de noche. Yo hago el intento, y trato y lucho, pero no puedo evitar sentirme así. Parece que en lugar de sangre, ahora por mis venas corre la tristeza. Siento el sabor de la angustia diluirse en mi pecho, haciéndolo gemir y comprimirse. Absorbiéndolo poco a poco. Como el fuego a una hoja de papel. Como el suelo de un sartén al aceite. Como la piel de las mejillas, confabulada con el viento, borran las lágrimas. O quizá éste las lleva hacia algún lugar.
Quién sabe dónde...


* * *
- Quizá nunca existió. A veces me pregunto si sólo fue un sueño, un sueño. Quizá fue sólo un espejismo, un ente vacío, sin alma, que estaba en mi mente, que vino a mí, y sin hablar me enseñó a comprender el parecido que existe entre el ruido y el silencio. ¿Pero estuvo aquí? ¿Quién era? ¿Qué era?.. Él, o ella, no sé cómo llamarle, sólo vino a cumplir una misión, sólo vino de paso, o quizá nunca vino.
Miro la pared, miro el lugar en el que escribí su nombre y no puedo leer nada. No puedo recordar nada más que su sonrisa. Así haya sentido su textura, su aroma, ese aroma entre dulce y amargo, entre ajenjo y almíbar, no puedo distinguir nada más. Pero aprendí a ver hacia el techo de una manera distinta, aprendí a apreciar el ruido de las cortinas, aprendí a ver más allá de la ventana. ¿Por qué decidió volver a ese páramo oscuro que ni yo misma conozco bien? Si tan sólo hubiese esperado, si no se hubiese evaporado… La eternidad, la misma eternidad, la habríamos visto pasar desde esta cama, bajo esta colcha. Quizá sólo existió en mi mente.

Quizá nunca existió.


***
- Mi soledad es insondable. Nunca había sentido tanto sufrimiento concentrado. Sólo puedo ver hacia la ventana. Recuerdo que a veces, al ocaso, solía pararse frente al balcón, sus ojos me decían “ven” y yo iba. Con sus manos señalaba las mariposas, era lo que más le gustaba, lo que más amaba en el mundo. Las mariposas. Todo lo mirábamos desde la ventana. Todo. Su rostro encendido de dicha era lo que yo más amaba. Los rayos del sol se filtraban por las frágiles y delgadas alas de las mariposas, y ese brillo lo iluminaba todo; todo el mundo se llenaba de color. Las paredes disfrutaban el baño tornasol, las flores bailaban un vals cadencioso, no sé si era el sonido de un piano o una flauta, no lo sé;, pero era color verde. Verde y amarillo, o anaranjado, el color del sonido y los rayos del sol difuminados que llenaban cada espacio vacío, cada oquedad; el brillo que todo iluminaba, y las mariposas...
Era lo que más amaba.


* * *
- Qué romántico eso de morir por amor...

Todo está muy callado últimamente y las paredes se están descascarando poco a poco. Ha llegado la hora de ver la luz de nuevo: Debo tener clemencia con las mariposas que nadaron en el fango. Clemencia, clemencia. Nadie vive por la clemencia. Esto que tengo ahora, no es más que un pequeño eco, una pequeña hebra de vida. ¿Vida? No logro entender qué es esa cosa onírica llamada vida. Esa palabra extraña. No logro entenderla y no quiero hacerlo. Porque sé que al morir, mis hijas enterradas vivirán, en un edén distinto al mío, pero vivirán. Y yo, en ese lugar que no conozco todavía, estaré más cerca de todo lo mío.




(*) Segundo lugar en el Concurso Universitario de Cuento "Juan Ramón Molina", año 2008

lunes, 13 de julio de 2009

La moneda (*)



por Miguel Ángel Acosta

Lo recuerdo muy bien:
Era casi mediodía y el calor nos venía evaporando las ideas. Felipe sacó su trompo y con la misma seguridad de siempre, lo arrojó a la tierra mientras nosotros lo mirábamos con una atención idiotizada imaginando como nos vería enredándose en el polvo, dando vueltas sobre sí mismo, intentando esquivar las piedras que Julia le lanzaba con una terrible precisión de cazadora.El trompo siempre era nuevo. El papá de Felipe; carpintero vitalicio, construía uno nuevo cada tarde para que al día siguiente sucumbiera ante una piedra que terminaba partiéndolo en mitad…y nosotros, con la barriga al suelo, intentábamos no orinarnos de la risa. Luego nos sentábamos sobre aquel viejo tronco de roble, jugábamos un rato con Cordero y buscábamos delfines en las nubes hasta que se acababa la tarde, junto con las últimas formaciones de color cárdeno.Ese día ella estaba ahí, sentada bajo el techo de la casa vieja. La primera que la vio fue Julia, después todos nos quedamos absortos, viendo como lanzaba un pequeño círculo que siempre volvía a sus manos y cada vez que surcaba el cielo nos cegaba con la autoridad de un solecito. Estábamos como petrificados. Cordero, erizando los dientes, retrocedía con su agresiva actitud de perro flaco. Felipe mantenía su mirada pegada en el sombrero polvoso de la extranjera, Jaime parecía rezarle una larga letanía a Julia; mientras yo, intentando contar las vueltas que daba en el cielo aquel solecito de bolsillo, me fui acercando a ella con la misma cautela con que tomaba las galletas del cuarto de mamá. No sentí miedo; más bien, sentí esa clase de satisfacción que siempre tengo cuando he pescado más que los demás, ese orgullo que el pastor de los domingos nos pintaba con las formas más demoníacas, al compás de un organillo oxidado.El circulito cayó al suelo. Yo avanzaba atraído por aquel sonido; aquel mismo sonido que me recordaba las cadenas de Cordero arrastrándose por el suelo; la punta ferrosa de los trompos de Felipe. Ella me clavó su mirada: una sonrisa cautiva atravesó sus labios delgados y con un gesto me invitó a recoger el objeto. Nunca olvidaré la sensación que se apoderó de mí en ese momento. Una extraña calidez recorrió todo mi cuerpo: el corazón me palpitaba de una manera desgarradora, me ardían las sienes, sentía cada palpitación de mi cuerpo: cada gota de sudor, cada movimiento en mis entrañas. Mis ojos se posaron sobre la mano extendida de la extranjera y de su boca salió una voz terrosa.

-¡Eh!, muchacho, la moneda.

Julia estaba a mi lado, abrió mis manos con una suavidad inusual y con pasos inquietos, se posó frente a la desconocida. Ella le dio una sonrisa casi apagada, se guardó el objeto en uno de sus bolsillos y con la misma parsimonia con que me había increpado por su moneda, se levantó y lentamente se perdió en la oscuridad. Eran casi las siete, la luna tanteaba unas cuantas nubes grisáceas y por momentos quedábamos a oscuras. Sólo sentíamos los ojos de cada uno, interrogándonos; luego Cordero que ladraba y levantaba en los callejones la algarabía de sus compañeros hambrientos. Las luciérnagas siempre aparecían después de las siete. La calle, titilante de estrellitas terrestres, se llenaba, extremo a extremo, de la gente que regresaba a sus casas. El murmullo de la pequeña multitud, se levantaba con el polvo que inundaba los patios: a la mañana siguiente el aroma del café, volaría entrelazado con el polvo doblegado por las escobas. Desde mi ventana las imágenes siempre aparecían como entre un sueño, las gentes caminaban bajo sus sombreros y hacían frígidas reverencias; mi padre llegaba con la cara pensativa. Esa noche la multitud se paseaba más silenciosa; todo mundo parecía hablarse en susurros; muchas personas ni se miraban a los ojos. Mi padre colgó su chaleco en la pared y empezó a caminar con las manos en los bolsillos.

-Ha pasado algo impresionante, horroroso, inaudito. - Dijo mientras se paseaba por la sala en busca de mi madre. - ¡Sandra! ¡Sandra!, han matado al pastor, ¡le han clavado un cuchillo en la espalda!Mi madre, rezadora de profesión, dejó caer el vaso en que tomaba agua y corrió a encontrarse con mi padre.- ¡Increíble! – seguía diciendo mi padre, con una expresión energúmena en el rostro. – Lo encontramos con las manos ensangrentadas, en medio del parque, aún deliraba y padecía de horrorosos espasmos.

Nos contó que se había topado con una mujer y que le había preguntado si tenía donde dormir. Que ésta le había mostrado un extraño objeto de metal, una m…

-¡Moneda! – me adelanté a decir.

Mi padre me agarró del hombro y me preguntó como sabía yo eso. Le dije lo que nos había sucedido en la tarde, que había tocado con mis propias manos la moneda y que me había sentido muy satisfecho, tan satisfecho que me quise quedar con ella.

-Al pastor le pasó lo mismo; él se guardó la moneda en su sotana y al ver que la extranjera no le decía nada, se volvió sobre sus pasos, luego sintió una punzada muy aguda en su espalda, las piernas le flaquearon y por un momento todo se volvió oscuro. La gente está muy inestable, es posible que busquen a la mujer para colgarla.Por la puerta entraron Felipe y su padre. El carpintero se acercó a mi padre y le dijo algo al oído; mi padre tomó su chaleco y salió dejándonos con las palabras en la boca y las manos sobre el pecho.

Sentí la mano de Julia apretando la mía. Su mirada caía sobre el espectáculo que la multitud había montado, y temblaba de terror.

-No vayas –me dijo y su mano se apretó más a la mía.

Felipe había cedido a mis súplicas y la curiosidad contagió a todos los demás. No todos los días se veía un linchamiento público, y saber que alguien sería ahorcado, nos tenía muy entusiasmados. Cordero olfateaba el suelo en busca de la extranjera: adelante se escuchaban los pasos de la gente, y las murmuraciones dejaban su voz para que nosotros pudiéramos seguirlas de cerca.La calle se había llenado de espectros inseguros, pasábamos al lado de sus manos, sintiendo sus palabras caer sobre nuestras mejillas.

-Es mejor que esperemos –les dije.

Me subí al techo de la casa vieja y desde ahí la sensación era como si el viento me elevara unos centímetros; todo se veía tan pequeño y apagado, los postes de luz alumbraban los movimientos acumulados de la multitud que parecía un hormiguero caminando hacia el cadáver de su presa. Una gota me cayó en la palma de la mano. Todas las linternas apuntaban al parque. Mis compañeros tenían la misma expresión en sus rostros, algo así como si la angustia les derritiera los párpados, o hubieran llegado a un límite de la tristeza donde el silencio compensaba toda palabra. Una gota cayó en mi frente.

-Por fin lloverá –dije para romper el hielo.

Felipe me sonrió y tomó la correa de Cordero. De verdad era extraño que lloviera en pleno verano, y más raro era ver a Felipe con una sonrisa aparentada. (¿Desconfiaría de mí?) Le dí una palmada en el hombro y me adelanté para ver más de cerca lo que sucedía.Mi padre tomaba una posición amenazante enfrente de la extranjera. La multitud, pendiente del redondo ir y volver de la moneda, parecía inmovilizada; esperando una puñalada repentina, o que les cayera un relámpago en la cabeza. Miré a la extrajera (no sé como podía estar tan tranquila, mirando a la gente con la misma indeferencia que a un pedazo de excremento). Las manos de mi padre se movían con un ligero temblor.

-¡Dile que queremos una explicación! –gritó alguien al fondo.-¡Sí! Cumple con tu responsabilidad.
-¡Vamos!Los ojos de la extranjera se posaron sobre mí y una sonrisa lenta salió de sus labios.

Tuve un impulso de correr hacía ella, pero Julia me tenía agarrado de la mano. ¿Será que adivinaba mi plan? ¿Sentía mi excitación? (Tenía que conseguirla, arrebatársela de las manos y salir corriendo mientras todos los hombres del pueblo le caían encima, la destrozaban a golpes y la colgaban en algún poste…)

-No vayas –me dijo, y su mano se apretó más a la mía.

De golpe se me cortaron todos los pensamientos, ya no sentía más que el calor de la mirada de Julia.Mi padre se adelantó un paso, los demás hombres lo siguieron.

-¡Vamos!, dile que se entregue.
-¡Carajo!, maten a la maldita y quítenle esa mierda.

Todos los hombres se adelantaron donde estaba la extranjera; mi padre los intentó calmar con un disparo al aire, pero un hombre lo derribó de un golpe. Los hombres que apoyaban a mi padre lo levantaron y entre ellos y los otros se armó una trifulca. La moneda seguía girando en el aire, volvía a las manos de la extranjera y de un momento a otro, me logré escapar de la mano de Julia.La sonoridad de los golpes me chocaba en las orejas, a mi derecha sonó un disparo (probablemente de mi padre) y un hombre dio un grito hiriente.La extranjera me tendió la mano, me enseñaba la moneda en todo su resplandor, me la entregaba. Con su mirada me invitaba a tomarla y mis piernas flaqueaban.

-Vamos niño, tómala –me decía sin mover los labios-, tómala, es tuya.

Me acerqué y se la arrebaté de un golpe, mis amigos corrían a encontrarse conmigo y al ver aquella escena se quedaron petrificados: sobre mí, se levantaba aquella mujer empuñando una gran cuchilla, dispuesta a atravesarme los pulmones. Corrí alrededor de ella entre la multitud de hombre que habían detenido su batalla y asombrados veían a aquella deidad con los cabellos ondulando bajo el resplandor de la luna. Tenía el rostro oscuro y amargo, la mirada seductora de una serpiente. Aquella extranjera me insultaba, lanzando sus cuchilladas que casi rozaban mis hombros.Los pasos cada vez se me hacían más cortos y tambaleantes, estaba cansado, daba vueltas en círculos y sentía que el corazón se me escapaba por la boca.Un hombre yacía muerto en el suelo y tropecé…Julia me seguía y me gritaba algo incomprensible, creo que decía…¡la moneda!…¡dale la moneda!… ¿la moneda? No. ¡Era mía! Para eso había ido a ese patíbulo, para arrebatarle lo que era mío. Dí una patada en el rostro de la extranjera.

¡La moneda! ¡La moneda! –gritaban todos.

La extranjera agitaba su daga frente a mí, cortando el aire y lanzando sus gritos de guerrera. Yo daba vueltas, (imaginaba el trompo de Felipe, dando vueltas. Tan limpio y oloroso en su pañuelo nuevo), miraba al hombre que yacía muerto, tan rígido y con una expresión de sorpresa en su rostro. Miraba a la gente que estaba como muerta: absurdos y congelados, esperando a que yo muriera, que yo soltara mi solecito de bolsillo para que ellos, rapaces pordioseros, se pudieran quedar con él. De momento quedé acorralado.Pocos centímetros faltaron para que el cuchillo me atravesara el corazón, pero; como un destello que llenó de humo el cráneo de la extranjera, una bala de mi padre rompió con el silencio de la escena. Las gentes con sus rostros en blanco y negro, aparecían llenas de expresiones; las manos se posaban en las bocas y algunos ojos, abiertos de par en par, repelían la escena con una mirada desgarradora. Todo semejaba un desliz del tiempo, los movimientos se fueron haciendo más lentos, las voces llegaban a mis oídos como ecos perdidos. De pronto una calidez de color rojo me bañó el rostro. Los murmullos, los rostros, las miradas; todo volvió de una forma acelerada; escuchaba los pasos como un sonoro reflejo de la lluvia; la lluvia que comenzaba a romper la armonía de la tierra, la voz de mi padre, que me recogía del suelo con la mirada contraída.

No volví la cabeza. Mi padre avanzaba por entre las personas con una mano en la frente. Sabía que pronto llegaría la multitud con sus cuerdas, a condenarlo. No volví la cabeza:Un sueño profundo comenzó a engordarme los parpados, ahora me sentía seguro, me miraba jugueteando con la moneda entre mis manos, haciéndola rodar en el cielo, viéndola caer con su resplandor de solecito mientras Julia y Felipe jugaban al trompo con la misma expresión en el rostro, con las mismas risotadas de siempre.

No volví la cabeza…

(*) Cuento publicado en Diario La Tribuna, ver aquí

sábado, 7 de marzo de 2009

La reforma universitaria, el fantasma que recorre Europa (*)

por Jorge Manuel Martínez

Actualmente en los países de la unión europea se está dando un proceso de reforma universitaria que emula el sistema estadounidense, lo cual preocupa a estudiantes y profesores que ven en ello una amenaza al sistema de la educación pública; así como hay quienes lo defienden basados en que la universidad debe responder a las necesidades de la realidad económica.

El proceso inicia en Bolonia en 1999 con la llamada Declaración de Bolonia, aunque con otros antecedentes como la carta magna de universidades europeas y la declaración de la Sorbona. De entrada los fines de esta declaración son facilitar el intercambio de titulados y poner en prácticas reformas universitarias en el siglo XXI; es precisamente esta última la que más debates ha causado.

Entre las propuestas para dicha reforma están: Crear un sistema de titulaciones igual en toda Europa, facilitar la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores; utilización de una valoración del crédito universitario igual para todos los países europeos, aunque los países europeos podrán modificar los planes de estudios de acuerdo a las necesidades de su entorno socio-industrial; reforma de la institución encargada de evaluar y coordinar las políticas de todas las universidades para restarle poder, diversificar la financiación universitaria entre públicas y privadas (Aquellas con falta de financiación vendrían a depender del sector privado) y, finalmente, dar un seguimiento exhaustivo y personal del trabajo de los alumnos mediante las posibilidades que ofrecen todas las tecnologías actuales.

Desde 1999 la mayoría de los países europeos han firmado la declaración; pero entonces ¿por qué hasta ahora la oposición a este proyecto? Desde hace mucho no se habían comenzado a sentir los efectos de la reforma y sus opositores mantienen contra ella las siguientes:

En primer lugar, el proceso no fue consensuado de ninguna forma con los interesados (trabajadores, profesores y estudiantes) esta falta de democratización trajo consigo que las reformas fueran impuestas mediante la centralización de poder en las autoridades, restándolo poco a poco a los ya mencionados, sin tomar en cuenta sus necesidades. Como resultado del nulo interés en los estudiantes y profesores, se ha equiparado el horario estudiantil con las horas laborales (de ocho horas) lo cual dificultaría trabajar y estudiar al mismo tiempo. Por lo tanto sólo podrán estudiar personas que lo hagan a tiempo completo, es decir aquellos que sí cuenta con recursos para hacerlo; en Francia aumenta el despido de personal y los profesores

Pero el principal problema reside en algo que desde hace mucho se viene escuchando en nuestro país, La universidad como un ente privado y no como institución. Para entender el fin de esto debemos saber que los cambios más sustanciales que se van a producir se pueden sintetizar en tres grandes grupos: las adaptaciones curriculares, las adaptaciones tecnológicas y las reformas financieras necesarias para crear una sociedad del conocimiento. Este concepto de “sociedad del conocimiento” es lo que más preocupa, puesto que se entiende en dos vías: 1) Una sociedad utópica que sustituirá a la actual sociedad de la comunicación, en ella todos tendremos un acceso igualitario a un conocimiento ordenado de la información que circula actualmente. 2) Según teorías de Peter Druker, como una sociedad post-capitalista donde el centro de la producción de la riqueza es el conocimiento, lo cual se basa en un elevado esfuerzo de organización para lo cual se deberá liberar al mercado de la influencia del estado y borrar las fronteras.

Es necesario aclarar que el sistema universitario que sólo toma en cuenta las necesidades del mercado se vuelve un formador de individuos para el mercado laboral, olvidando así el principal interés: Formar desde una perspectiva humanista y transmitir conocimientos. Como consecuencia de la imposición de la importancia del mercado, los programas cada vez más estarán enfocados a él, lo que amenaza las carreras de Humanidades y otras que no tienen una parte esencial en la actividad industrial. Vemos por ejemplo, que con la nueva reforma, las tesis estarían determinadas por las problemáticas de la tecnocracia, los profesores reducen su formación con el fin de recortar gastos, los doctorados deben renovar cada año contratos para su formación

En varios países de Europa se han opuesto a esta reforma, en Italia un millón de estudiantes marcharon contra la reforma, lo que propició que el gobierno retrasara su aprobación; en Grecia las manifestaciones devinieron en los hechos violentos y las protestas que ya todos conocemos, ni que hablar de Francia, donde estudiantes y maestros han llamado a una movilización, se organizan talleres de reflexión, reuniones y llamamientos, uno de ellos y el más importante es el de la Sorbona donde el presidente de esta universidad califica dicha reforma de regresión social absoluta y exige, en defensa de la universidad pública, detener todo el proceso.

En el siguiente links se llama a firmar a personas de todas partes del mundo y hasta ahora llevan más de 5,000 firmas http://math.univ-lyon1.fr/appel/ donde textualmente dice: “Si en el país de la Enciclopedia, de Voltaire y de Rousseau, de la Declaración de los Derechos del Hombre, la enseñanza y la investigación se reducen al comercio, y se someten a la voluntad de los poderes, es la libertad del mundo entero la que está en peligro”.


(*) Artículo enviado a la Revista "Vida universitaria" de la UNAH