sábado, 7 de marzo de 2009

La reforma universitaria, el fantasma que recorre Europa (*)

por Jorge Manuel Martínez

Actualmente en los países de la unión europea se está dando un proceso de reforma universitaria que emula el sistema estadounidense, lo cual preocupa a estudiantes y profesores que ven en ello una amenaza al sistema de la educación pública; así como hay quienes lo defienden basados en que la universidad debe responder a las necesidades de la realidad económica.

El proceso inicia en Bolonia en 1999 con la llamada Declaración de Bolonia, aunque con otros antecedentes como la carta magna de universidades europeas y la declaración de la Sorbona. De entrada los fines de esta declaración son facilitar el intercambio de titulados y poner en prácticas reformas universitarias en el siglo XXI; es precisamente esta última la que más debates ha causado.

Entre las propuestas para dicha reforma están: Crear un sistema de titulaciones igual en toda Europa, facilitar la movilidad de estudiantes, profesores e investigadores; utilización de una valoración del crédito universitario igual para todos los países europeos, aunque los países europeos podrán modificar los planes de estudios de acuerdo a las necesidades de su entorno socio-industrial; reforma de la institución encargada de evaluar y coordinar las políticas de todas las universidades para restarle poder, diversificar la financiación universitaria entre públicas y privadas (Aquellas con falta de financiación vendrían a depender del sector privado) y, finalmente, dar un seguimiento exhaustivo y personal del trabajo de los alumnos mediante las posibilidades que ofrecen todas las tecnologías actuales.

Desde 1999 la mayoría de los países europeos han firmado la declaración; pero entonces ¿por qué hasta ahora la oposición a este proyecto? Desde hace mucho no se habían comenzado a sentir los efectos de la reforma y sus opositores mantienen contra ella las siguientes:

En primer lugar, el proceso no fue consensuado de ninguna forma con los interesados (trabajadores, profesores y estudiantes) esta falta de democratización trajo consigo que las reformas fueran impuestas mediante la centralización de poder en las autoridades, restándolo poco a poco a los ya mencionados, sin tomar en cuenta sus necesidades. Como resultado del nulo interés en los estudiantes y profesores, se ha equiparado el horario estudiantil con las horas laborales (de ocho horas) lo cual dificultaría trabajar y estudiar al mismo tiempo. Por lo tanto sólo podrán estudiar personas que lo hagan a tiempo completo, es decir aquellos que sí cuenta con recursos para hacerlo; en Francia aumenta el despido de personal y los profesores

Pero el principal problema reside en algo que desde hace mucho se viene escuchando en nuestro país, La universidad como un ente privado y no como institución. Para entender el fin de esto debemos saber que los cambios más sustanciales que se van a producir se pueden sintetizar en tres grandes grupos: las adaptaciones curriculares, las adaptaciones tecnológicas y las reformas financieras necesarias para crear una sociedad del conocimiento. Este concepto de “sociedad del conocimiento” es lo que más preocupa, puesto que se entiende en dos vías: 1) Una sociedad utópica que sustituirá a la actual sociedad de la comunicación, en ella todos tendremos un acceso igualitario a un conocimiento ordenado de la información que circula actualmente. 2) Según teorías de Peter Druker, como una sociedad post-capitalista donde el centro de la producción de la riqueza es el conocimiento, lo cual se basa en un elevado esfuerzo de organización para lo cual se deberá liberar al mercado de la influencia del estado y borrar las fronteras.

Es necesario aclarar que el sistema universitario que sólo toma en cuenta las necesidades del mercado se vuelve un formador de individuos para el mercado laboral, olvidando así el principal interés: Formar desde una perspectiva humanista y transmitir conocimientos. Como consecuencia de la imposición de la importancia del mercado, los programas cada vez más estarán enfocados a él, lo que amenaza las carreras de Humanidades y otras que no tienen una parte esencial en la actividad industrial. Vemos por ejemplo, que con la nueva reforma, las tesis estarían determinadas por las problemáticas de la tecnocracia, los profesores reducen su formación con el fin de recortar gastos, los doctorados deben renovar cada año contratos para su formación

En varios países de Europa se han opuesto a esta reforma, en Italia un millón de estudiantes marcharon contra la reforma, lo que propició que el gobierno retrasara su aprobación; en Grecia las manifestaciones devinieron en los hechos violentos y las protestas que ya todos conocemos, ni que hablar de Francia, donde estudiantes y maestros han llamado a una movilización, se organizan talleres de reflexión, reuniones y llamamientos, uno de ellos y el más importante es el de la Sorbona donde el presidente de esta universidad califica dicha reforma de regresión social absoluta y exige, en defensa de la universidad pública, detener todo el proceso.

En el siguiente links se llama a firmar a personas de todas partes del mundo y hasta ahora llevan más de 5,000 firmas http://math.univ-lyon1.fr/appel/ donde textualmente dice: “Si en el país de la Enciclopedia, de Voltaire y de Rousseau, de la Declaración de los Derechos del Hombre, la enseñanza y la investigación se reducen al comercio, y se someten a la voluntad de los poderes, es la libertad del mundo entero la que está en peligro”.


(*) Artículo enviado a la Revista "Vida universitaria" de la UNAH